Vivimos en una época de exposición extrema. La gente se toma
un Actimel por la mañana, mientras de aumentar las defensas, sube a Facebook
-vía Instagram- la cagadera que le generó el yogurcito.
Todos utilizamos Redes Sociales. Somos parte del sistema
porque, si no somos parte, nos quedamos afuera. El hippie, el distinto, el que reniega de donde está parado,
taparrabos y al monte.
A lo que me abocaré, precisamente, es a los sujetos cuya
vida discurre en una, dos, tres... infinitas Redes Sociales. A quienes dejan su
vida allí. A quienes hacen culto de una herramienta que, a veces, nos sirve
para comunicarnos pero, la mayoría, nos incomunica. Al abuso, a la exageración, al mal uso.
Y la respuesta es una sola: ANSIEDAD.
La estupidez de la gente deviene de la ansiedad, de la falta
de control sobre la misma. La gente es estúpida porque no puede controlar su
ansiedad. Porque nunca se tomó el tiempo para pensar en su vida. Pero, le sobra para pensar en otras vidas. Es una
falencia de la cual no tiene la culpa. O sí. Tal vez, nunca les enseñaron, sus
antecesores, a pensar. O si lo hicieron, y el volumen del auricular estaba tan
alto que no les permitió incrustarse la perorata en la red neuronal de análisis
primario. Por ende, tenemos una generación, un grupo de gente, un individuo, con falta de control de ansiedad.
Uno, un grupo, una generación; tienen dos mil quinientos
‘amigos’ en Facebook, veinte mil ‘seguidores’ en Twitter, novecientos
‘miembros’ en cada uno de sus Blogs -porque, no tienen un solo Blog, tienen dos
o tres o cuatro- pero ningún abrazo real, ningún lector con el cual
cambiar ideas, ningún sujeto al que le interese más lo que dice otro que lo que
dice el mismo.
Además, como recurso extremo del caradurismo declaran que ‘no pierden tiempo’ siendo afiliados a tantos
canales de comunicación. Lo interesante sería saber cómo hacen, tal vez por ósmosis se auto-completan los espacios. Sería interesante, repito, saber cómo hacen.
Tantos medios y la incapacidad absoluta de mantener 1 (una)
(una sola) (ni siquiera dos) (una) (unita) relación REAL.
No pueden, no saben, no contestan.
¿Por qué? Porque eligen llenar sus espacios con ‘virtualidad’ y, como todos sabemos, elegir algo es dejar de lado otras cosas.
Y así van por la vida, los ansiosos. Ven un culo, lo tocan.
Ven un enchufe, meten los dedos. ¿Por qué? Porque hay una manga de iguales que
van haciendo lo mismo. Algunos. Otros no. Pero siempre es más fácil aprender
del ejemplo fácil, el que hacen/muestran todos. Lo
difícil lleva tiempo, y en estos tiempos de exposición extrema, valga la
redundancia, no tenemos tiempo. Lo difícil no está en Facebook, Twitter ni un Blog.
Entonces, ¿por qué ir contra la corriente? Vamos, metamos
los dedos en el enchufe y toquemos culos o metamos los dedos en el culo y
toquemos enchufes. Da igual, cuando no pensamos.
Tienen miedo a no tocar un culo, a no meter los dedos en el
enchufe, a no subir suficiente cantidad de fotos a Facebook, a no recolectar
diez mil ‘followers’ en Twitter, a que nadie comente un post en un Blog de dudoso buen gusto y moral, a merecer el olvido que Dolina dictamina
‘tratemos de no merecer’.
¿Creen que no tienen vida si no hacen eso? No lo sé. Lo que si
se es que lo hacen porque les da seguridad.
Toda la seguridad que no tienen afuera, porque afuera, el
mundo, es digital, no se maneja con ceros y unos. El sistema binario lo
entienden las máquinas. Las máquinas donde usan Facebook y Twitter. Las
máquinas desde donde leen este Blog.
Pero insisten en que no pierden tiempo cuando, a su vez,
tampoco tienen tiempo para relacionarse con los demás. Están muy ocupados
escribiendo en un Word los tweets/posts que van a compartir mañana, en horario
central, porque ¿a la 1 am quien te lee? Nadie. Igual que los sábados y
domingos, ¿no? No te lee nadie, entonces no tenés nada que decir… !
La paradoja les calma la ansiedad. O intenta hacerlo.
Pero, la realidad es que siguen ansiosos porque, no terminan
de sacar el dedo de un agujero que, se dan vuelta, ven otro agujero, lo
confunden con un enchufe y meten la pata. Luego, giran para el otro lado, ven
un fierro caliente y lo tocan. Y se queman. Y así andan a los golpes,
sobreviviendo. Mostrando y hablando públicamente de toda la mierda que les hace
largar el yogurcito que se desayunaron y que no pueden contener porque así lo
dicta el sistema.
—Mostrá. Mostrá tu vida de mierda.
Tienen miedo, TERROR, de pararse en medio de la calle y
mirar. Mirar a los costados. Mirar lo que los rodea. Tienen miedo a la quietud.
A no hacer nada por cinco minutos. A pensar. A mirarse. A mirarse, ver y
reconocer todo lo que no les gusta. A aceptarse sin importar nada o nadie más.
Pero de meterse a pelotudear veinticuatro horas en una Red
Social no tienen miedo.
De nuevo la paradoja. Otra vez la ansiedad.
Porque lo que no gusta, molesta y lo que molesta es mejor
sacárselo de encima, es mejor endilgárselo a otro. Es mejor proyectar en otro
nuestra miseria.
Si te embarazás porque cogiste sin forro, la culpa seguramente
sea de la farmacia que estaba cerrada cuando vos estabas caliente. Nunca tuya.
No, claro, si reconocés que sos irresponsable tenés que mudarte al asteroide
del Principito. Y ahí no tenés Facebook, Twitter, ni e-mail ajeno para evitar
distraerte y hacerte cargo de tu cagada, o de elegir mal, entre tantísimas
opciones, el yogurcito que desayunaste por la mañana.
Y así van, caminando por la vereda, pensando que las
vidrieras los reflejan solo a ellos, no existe nadie más en el mundo. Entonces,
antes de verse reflejados, se acomodan ropas, pelos, tetas y bultos; respiran
hondo y se miran. Y no ven nada. Solo se ven a si mismos. No ven lo que se
refleja, la ciudad, el pueblo, el árbol, la bolsa de basura, los otros que
también se miran en la misma vidriera. Y siguen caminando.
Se refugian debajo del cartón del cartonero. Se silencian
con música a todo volumen en sus iPod, mientras twittean en ciento cuarenta caracteres,
todo lo que llevaría una vida desarrollar. Pero no hay tiempo. Es mejor no aclarar tanto, a ver si oscurecés.
Le encuentran ritmo al colectivo pero no a sus corazones.
Total, en los colectivos viajan muchos, debe estar bien.
Pero, en sus corazones -vehículo viejo si los hay- viajan
pocos, tal vez nadie. ¿Cómo hacer caso a lo que pocos consumen?
La Redes son eso, un control más, un control menos. Controlan
lo controlable y esquivan y pasan al de al lado todo lo que no pueden
controlar. Entonces, realmente, ¿qué controlan? Respiran porque no necesitan
pedírselo al cerebro, porque no tiene que recordárselos un Smartphone, si no,
si dependiéramos de un recordatorio, de una batería de celular.... estaríamos
desaparecidos de la faz de la Tierra.
Caminan por la vereda del lado de la sombra. La del sol, la
más benéfica, les da calor, los hace transpirar. Transpiran, se ensucian, no está bien visto transpirar, además, el brillo en la cara les arruina la foto de
Facebook.
Y la sombra tiene buena prensa, ‘andá por la sombra que al
sol te derretís, bombón’, les dicen… y se lo creen. Y van por la sombra esos
que piensan que está bien ir en colectivo, y que
ciento cuarenta caracteres alcanzan para relacionarse con alguien más que con uno mismo.
No importa, siguen caminando, pasan al lado de un poste de
luz, hay bolsas de basura, algo brilla, parece interesante, ya que el gen
humano de chatarrero, a pesar de Bill Gates y Steve Jobs, sigue vigente. Al
pensar en agacharse por un segundo a ver que es, rápidamente un batallón de
policías internos reprime con ímpetu e intenta controlar la situación. Un
megáfono mudo dice a gritos: ‘los están mirando, compórtense roñosos’. Se
asustan, miran para adelante, esquivan la vista de otras cabezas con auriculares.
El ritmo cardíaco se eleva y siguen caminando.
Pero no lo escuchan. Pero van por la sombra.
Llegan a la esquina, un semáforo los detiene, se dan vuelta
para ver lo que dejaron, lo que no levantaron, lo que no se animaron. Miran a
los alrededores y no ven ningún megáfono, no existe. Imaginación, pura e
impura. Piensan que llegarán tarde. ¿Tarde adonde? Al trabajo. Llegan tarde si
vuelven atrás esos metros para revolver la basura y darle agua a esa sed eterna
de curiosidad que nos determina como seres humanos. A esa ansiedad.
Mientras el amarillo pasa a verde, piensan que si estuvieran
en un camino rural, al sol, y sin Facebook donde ser etiquetados revolviendo la
basura ajena, tendrían todo el tiempo del mundo para revisarla y compartir con
nadie más el descubrimiento. Podrían tener la oportunidad de agarrarlo y
llevarlo, o dejarlo ahí. Tendrían oportunidad. Pero, los ojos que miran, les
quitan oportunidades. Son incapaces de notar que uno se nutre de las miradas atentas y no de
la cantidad de ojos que miran.
Otro día, pasan por aquel poste y la basura ya no está.
Bajan la marcha, respiran tranquilos, tienen el control. Siguen su marcha, ahora por la vereda del sol,
pero el aire se siente frío. Algo falta. Algo faltó. Darse esa oportunidad de
parar la marcha y escucharse.
El control se los impuso otro, porque no pueden.
Porque la ansiedad no los deja. Se los impuso el que se llevó la bolsa. Se los
impone otro, otro que maneja la ansiedad un poco mejor. Te lo impongo cuando decido no ver/leer/escuchar la mierda
marca La Serenísima que exponés. Te lo impongo yo, mientras vas por la
vereda de la sombra, pensando que tenés aquello que no
levantaste.
Eso que, otro que pudo, se llevó.
Mira, si ando poco por la vereda del sol no es por gusto, sino porque me salen unas molestas y piconas ronchitas :P
ResponderEliminarHablando más seriamente, en lineas generales concuerdo con lo que decís, aunque no te creas que hay tanto para escuchar en la calle, lleva su tiempo aprender qué escuchar y dónde, mientras tanto, auriculares.
En la calle no hay nada para escuchar. No confiamos en nosotros, imaginate si vamos a confiar en 'la calle'.
EliminarDonde hay que oír es dentro de uno. Y los auriculares, a veces, no sirven para no escuchar al resto. Sirven para aturdirnos nosotros.
Hola Popotito :)
Es cierto que las redes nos causan ansiedad, pero yo trato de matizarla participando en concurso divertisimos y poniendo me gusta hasta a la chota del novio de m hermana. Uno esta en el baile y hay que bailar, por lo menos que sea con un travolta. Saludos pasteleros
ResponderEliminar¿Y está buena la chota del novio de tu hermana? Digo, para no andar 'megusteando' boludeces.
EliminarEstaría genialísimo que idees, algo jamás pensado antes, un concurso para ganarnos un celular. De manera que podamos seguir publicando hondísimas pensaderas en nuestros espacios, pero desde la comodidad del toilette ;)
Besito con glasé real, Banfrulísima.
Interesante el enfoque. En mi opinión la sociedad todavía se está ajustando a complementar la "virtualidad" con la realidad. No me parece un proceso de adaptación sencillo porque trastoca absolutamente todo. Asimismo, hay una adaptación que no se puede terminar de completar porque la tecnología y la innovación van más rápido que el desarrollo de esa adaptación. Hoy tenemos a las redes sociales hasta en los teléfonos, hace un año o dos eso casi no existía y aun no sabíamos (y no se sabe evidentemente) cómo manejar los efectos de las redes sociales. Hoy, los planes de los celulares incluyen internet y acceso total a esas redes. El efecto que genera todo eso es una novedad constante para todos. Los nuevos temores, la ansiedad que producen esos nuevos temores son cuestiones que antes no existían. Tener dificultad para controlar o manejar los efectos me parece algo inevitable.
ResponderEliminarYo al menos, tendría un poco de paciencia.
Dos temas que tengo como "borradores" en mi blog se titulan "Por qué nos asusta tanto el silencio?" y el otro es "Ciertos efectos de las redes sociales". El primero, ronda sobre cómo la situación de las redes sociales, los sonidos de los celulares y el televisor son necesarios ahora hasta para vivir y cómo veinte segundos de silencio total nos agobian, nos atemorizan. El segundo, tiene que ver más o menos con el post, con esas dificultades para manejar relaciones interpersonales al momento de complementarlas con las redes sociales.
Por otro lado, siempre noté la ansiedad como un efecto generado por el exceso de información que brinda todo el contexto de internet, donde se encuentran las redes sociales. No nos alcanza el tiempo para saber, conocer y aprender tantas cosas que de repente, gracias a internet, sabemos que existen. Pasamos a creer que el costo de oportunidad es altísimo, casi de vida o muerte. Tantas oportunidades potencialmente perdidas, trae la ansiedad y ella, no saber por dónde empezar o qué hacer y de paso, compararse con otro. Consecuencia, no se hace nada, no se tiene vida y no se vive.
No se para qué mierda me recibí de Contador Público, debería haber sido Sociólogo (peor es cuando digo que Sociología fue una de las materias que más disfruté en la Universidad :facepalm: )
Besos.
pd: Qué hora es? Las dos de la mañana... pff...
Que lujo tu comentario, Cesar.
EliminarLo único que quiero 'aclarar' -y no es tal cosa si contextualizo lo que decís a lo macro- es que, naturalmente, siendo parte de todo esto lo que menos falta es paciencia. Si no la tenés la pasás mal y creo, a priori, no es la idea de ninguna Red Social. Caso contrario Zuckerberg nos daría un espacio para colectar enemigos.
El tema va más allá de las posibilidades que nos acerca la tecnología -ítem que me parece buenísimo-. Me ha tocado padecer, en lo personal -y siempre hablando del abuso y del aprovechamiento en detrimento de otro- situaciones que LEJOS están del interés primero, que es éste; leernos, compartir, debatir si hay ganas de debatir, no debatir si no las hay, disfrutar de una de las cuestiones que me producen más placer -escribir- y afines. Y es allí donde uno para las antenas.
Como todo en esta vida, lo que no se cuida, se pierde. Entonces hay que cuidar lo que queremos. Hay que cuidarse.
Recuerdo algo que leí de un escritor de nombre Marcos Pereyra; decía: 'Enfermos hay en todos lados, pero acá ni siquiera tienen vergüenza'. Y eso es tan claro que no se me ocurre mejor remate para entender el punto.
Hay que disfrutar. Pero eso es algo que no puede manejar cualquiera. Y que no se enseña en ninguna Universidad :)
Un beso y muchas gracias por el tiempo :)
PD: Para disfrutar el silencio, hay que tener paz interior. Pocas cosas mejores que levantarme a la mañana, abrir las ventanas, sentarme a leer, mates mediante, y no escuchar nada más que el ruido del viento. Y sentir el sol, que entra por el ventanal que tengo justo enfrente.
Placer de pocos.
Es verdad, un lujo el comentario de César. Ayer charlábamos con mi mujer sobre estos temas. Hace falta más afuera....más piel.....más risas compartidas. La experiencia de cocinar milanesas pareciera que no fuera eficaz si no se publica en FB. Hay mucha pero mucha gente sola......y con demasiado miedo. Entiendo y a veces caigo en el gran tsunami del mundo virtual pero consciente al menos de lo que valen otras cosas. Y busco algún equilibrio y estoy aprendiendo. El sol sale para todos......pero todos no lo ven. Un beso.
ResponderEliminarLo has dicho claro y conciso. El quid de la cuestión es el equilibrio, en todos los aspectos de la vida. Y la virtualidad no escapa de eso.
EliminarPero, el equilibrio parte de una elección personal y, no todos, ostentan claridad para identificar algunos límites. De hecho, a mi me parece, que ni siquiera se lo plantean, algunas veces actúan como animalitos, sin ningún tipo de razón.
Un beso Dany :)
El equilibrio, ese bien tan ansiado y que no cotiza en bolsa, que pasa y nos roza (a veces), y que tenemos que tener la suficiente claridad para decirle: aca! hasta aca llegaste, cosa que algunos no tienen. Nos dejamos dominar por los momentos y este equilibrio es tan escurridizo que en el preciso instante que nos descuidamos un segundo, se nos escapó y nos deja balanceándonos en la cuerda floja.
ResponderEliminarComo nos pasa con las redes sociales, y debemos nuevamente salir a buscar al equilibrio perdido.
Nunca hay que dejar al corazón olvidado, siempre es un vehículo que nos lleva, no se si en el camino correcto, pero nos lleva. Siempre.
Excelente post. Una visión muy particular y real la suya en su blog, hacia rato que no la leía.
Veo con beneplácito que su pluma apunta cada vez mas alto.
Brindo por ello.
BESOS.
Que te voy a contar a vos ;)
EliminarBueno, nada, te voy a sumar, porque para restar está la gilada. 'Que le manden saludos a cagaste', frase de mi padre, aportando genialidad a cambio del café post almuerzo que le he preparado.
Baratito nos divertimos por acá.
Besito Edu. Y gracias por todo, siempre :)
Me encantó Andre. Se la extraña por la del pajarito.
ResponderEliminarConcuerdo muchísimo con todo esto. Y creo que los smartphones fueron los grandes deshumanizadores de la última década. Estar conectado, sí. ¿Comunicado? Bien gracias.
Hace poco dije "Hay una internet tan linda y ustedes encerrados acá adentro" y realmente lo siento así. Tantos blogs, sitios, lugares, imágenes, videos, proyectos, y todos encerrados en sus micromundos con sus micromiradas colectivas sobre microtemas.
Porque no, porque nadie está preparado para integrar las dos cosas. O son (somos) muy pocos. Y hasta a veces vemos que lo otro nos llama. Es el mundo real, de cierta manera, plasmado en una página de internet. Y como el mundo real, el 90% de la gente no es la que te va a cambiar la vida, la que te va a alimentar de experiencias y conocimientos, la que te va a hacer crecer. Hay que tener mucho cuidado con eso.
Como dijo el Contador Público César, yo también debería haber estudiado Sociología. Ah, tengo 19 por dos días. Seguramente lo haga y le dé mis mayores fuerzas.
Por último, tenemos que entender que caminando, hablando e intercambiando ideas podremos conocer mucho más del mundo que clickeando.
Beso grande!
Fran
aka pancheu
Hola Fran :)
EliminarPara poder integrar algo -lo que sea- primero hay que entender las diferencias. Y eso no es algo que pueda hacer cualquiera. Se tiende a mezclar, a confundir, te dicen 'todo tiene que ver con todo', pero no saben de que hablan.
Y eso es un trabajo personal. No tiene sentido colarle otra zanahoria delante de la nariz, al que no vio la primera.
Usted continúe por el sendero de los cuestionamientos que, aunque se equivoque, sabrá que antes pensó.
Mua! ;)
Señorita:
ResponderEliminarHace muchísimo que abandoné el cine de autor. En una época disfrutaba en trasnoche a Kurosawa, Fellini o Tarkovsky; últimamente con una en la que se propinen un par de tiros y me sorprenda aunque sea en un fotograma soy feliz. No sé, será que me estoy poniendo viejo o no tengo ganas de pensar o las dos cosas. Tal vez la interné produjo en casi toda la población que la succiona 8de la que soy parte, obvio) ese deseo de inmediatez, de lo rápido, de lo "para ya" para ganar un tiempo que no sabemos para que carajo queremos.
A tu texto me lo leí todo de un saque. Completito. Y sin efectuar paralelismos alocados o comparaciones incomparables con lo antes narrado, quiero decir simplemente que lo tuyo lo considero un "post de autor". Puede sonar pelotudo el término (de hecho lo es) pero no sé de que otra forma titular tus palabras.
Ah, tampoco comento en ningún lado, mirá vos.
Un beso y espero verte de nuevo por aquellos pagos virtuales.
No sabés lo contenta que me ponen algunas visitas por acá :)
EliminarTodos tenemos las patas un poquito embarradas. El resto están empantanados. La inmediatez es una trampa. Es todo lo que no se pensó. Es la madre de todas las cagadas que nos mandaremos a futuro. PERO, está de moda. No se concibe otra vida porque, si frenás, te pasa por encima otro.
Y así estamos. Hay mucha gente rota. Y otra rompiendo mucho las pelotas.
Tendremos que tener paciencia, y seguir aprendiendo cosas, sin importar lo 'viejos' que estemos. Es parte del atractivo, no? Equivocarse, aprender, pensar.
Nos volveremos a ver seguramente, no importa el medio ;)
Gracias por tus palabras, siempre tan atento, vos.
Dos besos :* :*
EXELENTE POST Y EXELENTES COMENTARIOS ,GRACIAS A DIOS QUE TODAVIA HAY GENTE JOVEN QUE PIENSA Y SE CUESTIONA UN POCO MAS ALLA DE TODO. YA ESTABA PERDIENDO LAS ESPERANZAS EN LA JUVENTUD DE HOY QUE SON NADA MENOS QUE EL FUTURO !
ResponderEliminarCuestionarse es, creo, la base de la superación.
EliminarTe agradezco las palabras, esperemos estar a la altura :)
Es verdad, se la extraña y mucho... Un sopapo a la cara de esos que nos suele dar usted, doña Andre. Besos.
ResponderEliminarOtro que sos un placer :)
EliminarMirá, sopapo para el que preste la cara para ello. Para el resto hay besos. Algunos no se dan cuenta, otros no, otros son indecisos. El mundo será del que se anime ;)
Te mando un beso enorme, Fermín.
Te lei hoy a la mañana pero dejé el comentario para cuando estuviera en casa. Da para cortar kilómetros de tela este tema...
ResponderEliminarMás allá de mis limitaciones en conocimientos psicológicos, me parece que los comportamientos que se ven en las redes sociales son reproducciones de lo que sucede en la vida real; hay gente que acumula amigos/conocidos por el solo hecho de tener su aprobación y la violencia en comentarios anónimos sería como asaltar el colegio al que fuimos con una pistola y vengarnos de quienes nos desagradaban.
Por supuesto que el patetismo a pleno de aquellos que aceptan a cualquiera como "amigo" en feis o siguen a cualquiera en el tuit, es vacío y sin sentido. Para quienes siguen este culto, la superficialidad y el poco compromiso son mecanismos de defensa, temen llegar al fondo de todo, dudan de si está aceptado y buscan frenéticamente ser aceptados. ¿Acaso no hay comportamientos similares cuando estamos frente a frente en carne y hueso?
A aquellos que usan estos medios para trascender pierden el tiempo. Serán al final, tristes seres humanos que no obtienen ni obtendrán lo que buscan, porque nadie los conoce.
Yo personalmente uso internet como herramienta de conexión (mis amigos, mi familia están a poco menos de mil kilómetros) o de información. Más tarde, como vehículo de expresión. Lo pongo a la altura de leer un libro, jugar al ludo o mirar una película en la tele, una herramienta y listo.
Pero me pongo nervioso cuando el control remoto se queda sin pilas...
Besos Andrea!!
Sabés que te leo y pienso que, a pesar de la auto-crítica sembrada en este post -y de los palos de ciertas personas que no entienden nada de nada y creen que por 'ser parte' no tenés derecho a 'criticar'- no elegí tan mal mis lectores -que son las personas a quienes leo, casualmente-.
EliminarMe siento sumamente gratificada con la cosecha. Y creo, justamente, que la raíz fue no pretender nada, decir lo que siento, pienso y creo, sin buscar que me levanten la paleta del 10 de Bailando por un Sueño.
Me parece que ahí, justo en ese punto, es donde está la diferencia. Algunos necesitan que los aprueben otros; otros nos aprobamos, corregimos y seguimos mejorando el 'borrador' hasta que queda como nos gusta. Como queremos NOSOTROS.
¿Para qué? Para expresarnos. Como dice usted muy ciertamente, 'para usar la herramienta como vehículo', lo cual implica no mover las patas, pero si el cerebro. ¿Por qué? Porque podemos.
No todos pueden, algunos necesitan que las pilas se las ponga otro. Ese de carne y hueso. El mismo comportamiento, no?
En su caso, tenga un par de repuesto en el cajón, ese lleno de porquerías del escritorio, hágame el poco costoso favor. Es bueno verlo pensar. Hace bien.
Besitos, Señor :)
Budín: primero gracias por volver a escribir. No solo me gusta leer lo que escribís, también disfruto del esfuerzo de seguir el hilo de pensamiento que recorre el texto de principio a fin.
ResponderEliminarMuy logrado, más allá de que estoy bastante de acuerdo en lo que sentís. Hablo de la forma antes que del contenido, que comparto. Y mucho. Es más, hace rato vengo charlando -cara a cara, sí- con amigos, los cambios culturales y actitudinales que hay a partir de las redes y las personas.
Sabés Bruno que me parece que eso es lo que hago, darle forma a un contenido, además de contenido. Ese que por ahí arriba dicen 'gastado', los que leen porque tienen ojos. Y respiran porque el aire es gratis.
EliminarMe alegro que seas uno de los que disfruta de lo que está para disfrutar. Después de todo, y a pesar de los medios y los cambios culturales, lo importante son esas personas con las cuales uno puede abrir el debate, charlar, intercambiar, comprenderse (o no) etcétera; pero allá afuera, donde todo esto no vale dos mangos y, la mayoría, no entiende para que carajos escribimos en un blog :)
Le mando un beso querido ;)
La gente está cada vez más sola, tanto que no puede levantar la mirada de la pantalla para contemplar lo que lo rodea.
ResponderEliminarEl problema es que tenemos libertad a mansalva y, en lugar de aprovecharla, hacemos cualquiera. Y nos incluyo, sabe? Para los sensibles que se ponen mal cuando uno elige quedarse fuera de la bolsa ;)
EliminarBesito Mauro :*
"Para disfrutar del silencio, hay que tener paz interior" De chusma me quede con esta linda frase.
ResponderEliminarDemás esta decir que me gusto el post.
Saludos
Quédesela.
EliminarY muchas gracias :)
ehem, quiero pedir perdón, creo que fuí yo quien se llevó la bolsa...
ResponderEliminarun post impecable, retrato de la sociedad IN y COMUNICADA en la que vivimos. no quiero extenderme mucho, sabés mucho de lo que pienso sobre el tema, solo me detuve a leer y, la verdad, te felicito!
por otro lado justo estaba en internet viendo ideas porque encontré un pallet el otro día afuera del super y quería convertirlo en otra cosa. Que bueno es saber que al mismo tiempo quizás haya millones tratando de hacer esto y que la comunicación no sea vía internet, ni verbal, ni escrita, ni en señales de humo, sino puramente humana.
un gusto andreita
Salute!
No voy a decir nada que no hayan dicho tus lectores, esos que están a la altura de las circunstancias budineras.
ResponderEliminarEstaba leyéndote, y pensando, ahora que estamos tan comunicados, qué solos que estamos.
Como cuando estamos rodeados de gente.
Saludos, andre!
El otro día hablaba con un ex bloggera, ex fanática del chat de yahoo, ex publicadora compulsiva de facebook, actual adicta irrefrenable de twitter y pensaba en estas cosas que expusiste acá.
ResponderEliminarVamos buscando la forma de canalizar frustraciones y ansiedades, las vehiculizamos en diferentes espacios. Pensemos que antes sólo teníamos las drogas, el alcohol y el pucho.. hoy además contamos con todo esto.
Ya lo dije yo, el problema es el capitalismo y el patriarcado, pero nadie me dio bola. Me mandaron a laburar lavando platos
Como paciente psicologico con trastorno de ansiedad puedo decir que la ansiedad rige mi vida, EN TODO. En especial con el control remoto.
ResponderEliminarHace muuucho que no entraba a mundo blogger, por suerte me desconecté bastante de la mamadera electrónica pero que sirva de piropo... cuando me acuerdo de este mundillo recuerdo este Budin! jajaja!
ResponderEliminarQué mierda que te comenten un post 2 meses después, no? Pero soy asi, jodido. En otros 2 meses leo lo que hayas respondido. Hoy justo leía alguien que puso que siempre tuvo deseos de saber lo que pensaba la gente pero que desde que existen las redes sociales ese interes se le fue a la mierda (estoy parafraseando). Alienación que le dicen, como dice Casciari: vivimos en el nuevo paraíso de los tontos, esos de los que hablas vos que se cagan de miedo de todo en la realidad.
No pasé para que pases por mi blog, no escribo hace mil! ja!
Beso
no encontré algún momento en el que me hayas dejado de atrapar con tu relato, me encantó tu manera de escribir y me causo mucha gracia, con todo, con un poco de identificación en mi, identificación en los demás, cosas que están y que capaz detestamos y en ningún momento nos paramos a pensar en por qué. muy bueno, un besito.
ResponderEliminarMa:
ResponderEliminaresto alimenta mas que cualquier buena leche:
"uno se nutre de las miradas atentas y no de la cantidad de ojos que miran."
me lo leo cada mañana, ( en voz baja, en la vereda sol, y sin auricular ,y casi de memoria)y salgo tanto mas liviano
y gracias