Existe gente que pasa horas y
horas mirando y siguiendo historias virtuales. Blogs, cuentas de Facebook o
Twitter, diversos reality shows de canto, baile y rascada de pelotas full time,
perdiendo así su valiosísimo tiempo en ejercer una serie de vaticinios
supositorios respecto de dicha/s persona/s ajena/s a su circunscripción. Sea
ésta sentimental o física. A veces las dos.
Simplemente les encanta ser
parte pretendiendo que no. Dictaminando que todos aquellos seres, detrás de dos o tres desgraciadas
ideas editoriales y pantallas, carecen de vida propia.
Supongamos que sea una
herramienta para elevar sus egos. Supongamos que lo concedo y, además, aplaudo el ímpetu.
Así, detrás de la construcción
mental que se genera sobre lo que otro deja ver -o no- se producen ciertos
descuidos u olvidos. Descuidos u olvidos que, quienes ostentan dos dedos de
frente ignoran porque, como todos sabemos, el tiempo es tirano.
En el caso de un reality show,
clarísimo está que todo transcurre conforme a un guion y eventual acuerdo entre
productores y participantes, lo cual, raramente, siga una línea del todo veraz,
aun mentirosa, quizás exageradísima. O todo junto. Son shows creados ante una
necesidad, sea cual sea. Divertir, distraer, sumar rating, la que sea. Nos
falta entonces, el temita de 'reality'.
El fondo de la olla de la
creatividad analítica se representa en formato: ‘vagos de mierda sin cerebro ni
vida’.
Pues bien, personalmente no estoy
de acuerdo con el dedito acusador hitleriano, que, en tal caso, opino, se ha
olvidado de varios de ustedes.
Amen que jamás optaría por encerrarme
en un reality, es bien claro que están eligiendo qué hacer con sus vidas los
partícipes del show, por tanto, tienen una. Una que, tal vez, quien esté detrás
de la pantalla un sábado de trasnoche, jamás tenga. Y hasta envidie. O no. Les
doy toda la lista de sabores para que elijan el que más les guste.
Pasando a la virtualidad 2.0, se
reconocen sujetos, no muy bien asesorados, que leen 140 caracteres en Twitter,
un estado en el muro de Facebook o una página del Blog de un NN por el
transcurso de un mes y creen, falsamente, conocerlo de toda la vida, aun sin
haberle visto un pelo jamás.
Incluso se creen amigos o
enemigos, se aman o se pelean, se involucran hasta la víscera, opinan sobre la
personalidad del NN y se creen en razón de realizar una carta actitudinal
descriptiva de la persona. Y se la creen. Se la creen.
Y no me sorprende. Colocar un atrapamoscas
y sorprenderse de que algunas moscas queden atrapadas sería una desinteligencia
de mi parte.
En cambio, como soy gauchitísima,
les tengo noticias.
Ven, lo que les permite ver este
mix entre dichos personajes virtuales y sus fantásticas construcciones mentales.
Todo es un poco mentira. O un
poco cierto: aquello que se toca, se ve, se siente y se piensa. En formato 'reality': con
las manos, los ojos, el corazón y la cabeza.
Jaque mate, analistas de ciencia
ficción.