Una Cosita

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Llegué, me senté frente a la pc y lo primero que se me vino a la cabeza (y dedos friísimos de las manos sobre el teclado) es rascarme a más no poder... ¿tendré un virus?

No lo se.

De todos modos, voy a ser sincera: Me duele el corazón como Ser Humano del género femenino el hecho de leer/escuchar con tanta insistencia la queja acerca de la falta de hombres “como corresponde”; ni que hablar en éstas épocas mundialistas que APARENTEMENTE todo lo complican, salvo para quienes sabemos autogestionarnos y no necesitamos perros falderos 24 horas full time.

Nota: “como corresponde” = vaya una a saber ¿que será eso?

Noto que las mujeres que comentan que “existen buenos tipos” es porque "los conocen" realmente. Entonces hablan/escriben desde el fundamento y no desde el enojo. Y eso está bien, como siempre digo, encantome que se analice a la humanidaT, me gusta el intercambio, el debate, jugar al ping pong dentro de una heladera, comer chocolates rellenos con dulce de leche (pero uno solo porque engorda)… me parece perfecto que se cuestionen algunas cosas… y otras no. Pero, la contraparte de esto, una “resistencia natural” no nos permite acercarnos a quien, tal vez, realmente valga la pena (ítem que solo posible si intentamos conocer al otro ya que, aparentemente, las bolas mágicas son pura fantochada de cuentito de hadas).

Y a estas alturas de los acontecimientos históricos, al tanto estamos que los cuentos de hadas solo existen en las flatulentas nubes de pedos rosadas de la gente. En la vida real, las cosas son un poco más complejas.

Y está bien que así sea. Para fácil, pedos en una canasta.

Por supuesto que cada quien, para variar, es libre de elegir mirar la vida por el ventiluz del tamaño que desee. El mío es infinito porque elijo creer que la mente es infinita. En la neurona puede ocurrir "Alicia en el País de las Maravillas" como si nada, con solo sinapsis. En cambio, en este plano terrenal, imposible hacer hablar a un conejo… o saltar hasta la luna.

“Si todos viviéramos en nuestras mentes no estaríamos tan malcogidos/as”, dije, así, sin pensarlo tanto.

En eso, “alguien” me interrumpe para “corregir” semejante atropello hecho expresión verbal: “mal atendidos/as, Andre”.

No Señor, se dice “malcogidos/as”, mal atendidos/as es otra cosa.

Ejemplo de mal atendidos/as: Vas al súper y la cajera te pone una compra de 1000 dólares en una sola bolsa porque están con la onda RE ecofriendly y por el camino, se te rompe y cae, según ley de gravedaT, el sachet de yogurth (que también se hace “splash” bosta contra la vereda)… lo que te lleva a putear a Dios, Newton y los que te miren con cara de “que mamerta se le cayó todo”, ipso facto.

Entonces, sin quitarte la dinámica de tu propuesta contestaré: ¡Joya! Pero no me interesa. No entiendo la poesía (?)

El secreto es saber sacrificar cuando corresponde para poder subsistir. Hablar de cualquier cosa de cualquier forma para ser más adaptables y no tener que estar constantemente “actuando” para agradar o dejar de agradar. Una especie de entrega globalizada para con el otro, bah.

“Mejor las cosas claras que la venta de humo y espejitos de colores”… digo, así después no tenemos que leer sujetas lamentándose 24/7/365/366 de que “no se puede confiar en los tipos” cuando ni siquiera derrochan un segundo o tres cuartos del mismo en darles la posibilidad SIN comparar con el “bodoque” que se comieron previamente, porque total “son todos iguales”.

¡Sras y Sres! ¡Tengo una noticia! ¡No somos todos iguales! La palabra INDIVIDUOS, nos da el carácter de ÚNICOS… lalala ♪♪

(voy releyendo lo que escribo y no tengo a mano una goma para borrar la sonrisa que tengo en la jeta)

Por supuesto que siempre habrá casos de ciencia ficción, increíbles y lejos de cualquier intento de análisis, ante ellos, lo más importante de todo es ser indiferentes, pero desde el minuto cero (para no arrepentirnos luego) porque allí la realidad es una sola (e indiscutible, según mi humilde modo de ver) si una permite, NO tiene derecho a la queja… al berrinche… al histeriqueo… a la pavada… etcétera.

Caso contrario, nadie tendrá por que disgustarse, hay niveles protocolares que ni siquiera se cumplen en Castillos Ingleses lo cual nos grita a los cuatro vientos que no tendremos que andar pensando en si el otro se ofende o no por ejercer nuestro derecho de elegir libremente lo que se nos cante la regalada gana, cosa que, para mucha gente, seria la delgada línea que separa la vida de la muerte.

Y ustedes pensarán mientras leen (o no) que me comí un pastor de la Iglesia Universal, o que me instale en un Monasterio todo este tiempo en el que no aparezco entre letras y la respuesta es NO. Simplemente vivo una experiencia de amistad, respeto y buena onda, que creo, son los cimientos que deben existir bajo todas las estructuras preestablecidas y que, además, nos eximen de abusar del Activia y el Ibuprofeno como paleativo de constipaciones y dolores de cabeza a futuro... Luego viene todo lo demás: el amor, el sexo, el resto... lo conocido.