Estoy ansiosa.
Días más, días menos, es un ritual “de ésta época”, vaya uno a saber si el aire seudo primaveral viene afectando mi capa semipermeable, o si son puras excusas para "dibujar" mis alteraciones hormonales...
“…lo dejo a tu criterio…”
Sucede que tengo una facilidad para caminar por las paredes, propia de una tipa con sangre tana en la venas. Y que alguien, no se quien, me alcance una galletita de agua mineral (?) para cortármelas, pero despacito, para sufrir mas.
Así y todo, tengo la dicha de poder realizar -al margen de mi caminata lunar por las paredes- un “racconto” disfrazado de corderito pero que en realidad lleva los dientes afilados con una amoladora. Mi supuesta auto-critica constructiva no es más que un mero instrumento de la propaganda *nazi-cletista-rialista-yoista-budista*.
Y es que la célula unipersonal que integro funciona de esa manera. Un quilombo bárbaro, digamos.
Acá hay menos orden que en una película de Buñuel ¡!
Por otra parte, no es raro que todo esto provenga de una persona que piensa que tiene ojos de cualquier color menos del que realmente son: o sea, marrones -aunque les duela, alguien se los tiene que decir, lo’ jojo’ verde’ que ustedes ven, son una pantalla, puro verso, puro marketing- como también lo es mi rubiez, ficticia, inventada, de cartón. Un claro indicador de ocultamiento de identidad real, a cargo de algunos ayudantes que, de ser necesario, serán nombrados.
Por si fuera poco, mi conformación ideológica no deja al margen nada de lo repugnante que pulula fuera. El componente nazi, va viendo la luz desde el momento en que comienza a notarse lo amarrete de mi actitud: me pongo nerviosha y dejo de compartir mi bebida y mi comida, a la mierda todos los simbolismos amistosos y de generosidad, la chocotorta me la como sola, no me es posible recordarlos cuando la urgencia es otra. La utilización de doctrinas Zen armónicas -con peladitos del Tibet adjuntos- es otro síntoma de camuflaje. Algo así como la recorrida de Macri por la Villa 31 antes de las elecciones.
Yo no se que me pasa. Yo no era así. Era menos nazi. Que me habrá pasado (?)
Cualquiera podría pensar que me drogo, y, en relación con esto, que si tomo drogas de diseño estaría en ¡peligro! Porque, según mi experiencia de campo -estoy en condiciones ya de decir que mi trabajo de campo fue suficiente- pareciera que las drogas me las diseña el Chipi Barijho. Cuidado! Porque aunque se me escapen los patitos de la fila, es todo natural.
Si, mis tetas también. [para salir mas en Gugle, vieron?]
Y esto no es lo peor, mi mensaje esta viciado de un fuerte componente de virus televisivo-mediático. La aparición en anteriores escritos de Adelfa -la finada- o el conocimiento de que Panam existe y, para peor, con un programa infantil, hacen especular que mi sistema de pensamiento conlleva una gran parte de vaciamiento cerebro neuronal mental. Que pena pero es así ¡!
Repito. Yo no era así. Que me paso!!!!!!!!!!!!????????
Momentito! No me olvido de Cumbio, pero ya salió en tantos diarios, revistas y demás que me dio fiaca nombrarla. Sólo diré que es otra de mis estrategias para captar al público flogger, ergo, trascender.
Párrafo aparte para el “touch” discriminador que se apodera de mi cuerpo de vez en cuando. Una mutación genética. Una chica con la remera de Greenpeace me ofrece una “chupadita” de su Daikiri… la miro de reojo y pienso: acaso una mutación genética “rara” no puede pagarse unos copetines pa’ lo’ muchacho’? Eh!!!? Si claro, pero yo no la toco ni con un palo a control remoto.
Aquí es donde vemos lo peligroso de mi lingua: *Chicos! Quiero un turrón de maní*. Mera estrategia discursiva distractiva. Lo que el filósofo Juan Carlos Aristóteles llamó “disgrecio”. Patrañas diría otro infame. Es claro, los engolosino con la incoherencia de la inclusión de un turrón, una carita cómplice, y los traspaso por todo mi discurso.
Avivensénnnnnnnn’ giles!!!!!!!!!
El fuerte componente racista se repite. También Reinaldo dijo que no era puto y que se convirtió después: “ahora soy puto, re puto”, afirmó. Qué manera gratuita de discriminar la mía. Y si, ya lo dije, ya les advertí: loba con piel de cordero.
De que mas me quieren acusar? Con confianza que hoy estoy de turno!
El análisis discursivo se puede extender. Eliseo Verón –a quien tanto digo odiar, aun habiendo aprendido sus reglas gramaticales de producción y reconocimiento, las cuales además, aplico sin pensar- al igual que las estrategias discursivas de De Gaulle que tanto trabajó el hermano semiólogo de Moyano.
Seguramente pueda seguir, pero ya indigna hasta escribir.
De todos modos, no me despediré sin antes exponer el punto más controvertido de mi divague literario de la fecha.
-léase lo siguiente como dicho por Federico Kleem en un ataque de histeria porque el novio se le fue con un pintor de brocha gorda-
Vanidad! Autocomplacencia! Egoísmo! Narcisimo! Eso es el centro de mi discurso.
Veamos -a lo Paenza-
Una *tipa copada* que, de una manera realmente *didáctica* les explica como deshacernos *del mejor modo posible* de la ansiedad, péguele una patada al balde! -asegurándose previamente de estar calzados-.
Desglosemos: el sujeto soy yo, o sea, *una tipa copada* Bueno, ya al principio me presento así, lo coloquial de la palabra “tipa” es para generar afinidad y luego feedback.
El presente que utilizo sirve para perpetuar ese deseo y a la vez el *copadismo* que digo entrañar.
La impersonalidad de *el mejor modo posible* es claramente abarcativa. Le va a todos. Sabemos que la propaganda debe captar amplios sectores. Pero lo más saliente es el modo. *de una manera didáctica*…
Claaaaro! Andreita la didáctica! La copada! Despierten señores/as!!! Enciendan los despertadores de sus mentes! Están ante la posible razón de la destrucción del universo!!! Están ante una mente infame!!! Una especie de Cerebro que quiere que sean sus Pinkyes y espeten al unísono: “Que vamos a hacer esta noche, Budin?” para contestarles “Lo que a mi se me cante el orto, Budinos!!!”
Basta! Que les pasa?!!! Parecen vegetales sin entidad real!
-uy! me dio calor y sed, ya vengo-.
Por último, y en un intento de rever mi posición -si, aunque sea doloroso, tendré que revisarla con mis ojos MARRONES- y confesar. CONFESAR que todo “esto” sucede porque estoy muy cansada...
¡NECESITO VACACIONES YA!